

En ISITOM fabricamos a mano cada uno de nuestros productos para asegurar la mejor calidad y exclusividad que mereces tú y tus pequeños amigos gatunos .
Rascadores
Los rascadores son un elemento clave para el cuidado del gato y nos permitirá mantener en perfecto estado nuestros muebles. Para ayudarte a elegir el más conveniente, iremos viendo los distintos modelos que podemos poner a disposición de los pequeños integrantes de nuestra familia. Recordemos que cada gato tiene su personalidad, preferencias y necesidades distintas. Por lo tanto, es de importante que encuentres el rascador adecuado para sus necesidades.
Tener varios rascadores siempre es una buena idea, especialmente si tenemos una familia felina numerosa o si el gato es activo y nos demuestra que va utilizando los que le vamos poniendo. Por lo tanto, aunque no sea el ideal, éste rascador podría complementar muy bien otro de suelo a techo o con una casa/rascador de varias alturas. Es decir, otro que permita al gato hacer ejercicio y rascarse estirando todos sus músculos, sin tanta limitación.
... a temprana edad!
Antes que digan... ¡Hey, mi gato ya es adulto! y este consejo se transforme en inútil, es necesario mencionarlo, ya que es una premisa imprescindible, que se debería cumplir siempre y cuando nos sea posible. Es muchísimo más fácil acostumbrarlos a los rascadores para gatos si se los introducimos cuando son pequeños, que en la etapa adulta, pero no se desanimen, todo gato puede aprender.

Altura del Rascador
Como ya lo mencionamos, entre los distintos tipos de rascadores, los gatos utilizan los postes rascadores para estirar los músculos de su espalda. Es muy recomendable que la altura de este rascador le permita a nuestro gato estirarse completamente y llegar hasta la parte superior. Es muy probable que si le compramos un rascador bajo, el gato se sentirá incómodo y no sea posible estirarse, desechando la idea de utilizarlo y en su lugar utilizará tu mueble preferido.

Textura
Actualmente hay muchos materiales que se utilizan para la superficie rascadora. Entre ellos encontramos cordel, cartón, alfombra cubrepisos, etc. Sin embargo, cada gato tiene sus propios gustos y preferencias y es posible que si se niega a utilizar su rascador sea porque no le gusta la textura que tiene el suyo.

Dónde ubicarlo
Elegir el lugar adecuado de la casa para colocar el rascador es fundamental a la hora de enseñarlos a usarlo. lo ideal es colocarlo en un lugar accesible de la casa, por donde haya movimiento. Otro de los lugares idóneos sería cerca o delante del lugar que el gato haya escogido arañar y una vez que el gato se haya habituado a utilizar el rascador, ya podremos moverlo a un lugar más apartado. Y si tu gato tiene un lugar preferido para echarse la siesta, sería perfecto colocarlo cerca y de ese modo, cada vez que se despierte, puede usar el rascador para estirarse.

Premios
Cuando introduzcas a tu gato al nuevo rascador debes crear una experiencia positiva. Sería estupendo si le colocaras alrededor del rascador unos premios especiales para ellos o incluso si rociamos un poco de catnip por toda la superficie. Otra buena idea sería jugar con ellos alrededor con una caña con pluma en un extremo para provocar que aterrice con sus patitas sobre el rascador cuando intente atrapar el juguete. Además, deberíamos premiarle cada vez que le veamos usar el rascador.


Igualar posición
Con tantas opciones es posible que no tengamos nada claro que tipo de rascador para gatos escoger y para ello, lo ideal sería elegir un rascador lo más parecido posible al lugar que haya elegido de la casa para arañar. Por ejemplo, si nuestro gato se está dedicando a destrozar una esquina de un sofá, lo ideal sería ponerle un rascador para gatos vertical con una textura parecida a la de la tapicería del sofá. Si por ejemplo, se dedica a destrozar una alfombra de casa, deberíamos comprarle un rascador en forma de alfombra (horizontal).

Estabilidad y firmeza
Si es rascador es inestable o endeble, los gatos suelen asustarse y rechazarlo. Lo ideal es comprar un rascador con una base amplia y fuerte e incluso anclarlo a la pared o al suelo con algún tipo de sujeción para que no se mueva.

Uno por gato
Esta es una regla básica e importante. Debemos tener al menos un rascador por gato, e incluso sería recomendable tener uno extra. El rascado es una manera que tienen los gatos para marcar su territorio y en el caso de tener más de un gato, cuando nuestro rascador esté marcado por uno de ellos, el otro preferirá arañar cualquier mueble de la casa para así poderlo marcar como suyo.
